Un informe difundido recientemente en la ciudad asegura que la mitad de niños y adolescentes están malnutridos. La Universidad de Buenos Aires (UBA), advierte sobre problemas de salud.
“Sólo un 10% hace en sus casas un desayuno de buena calidad nutricional”, asegura Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y la Cátedra de Política Alimentaria en la Escuela de Nutrición de la UBA. El Centro analizó en 2016 la dieta de 1.250 alumnos de 87 escuelas en seis provincias.
“Cerca del 40% desayuna algo insuficiente en sus casas y el 60% de las familias restantes supone que en la escuela le darán un buen desayuno, cosa que no termina sucediendo en todos los casos”, explica el nutricionista.
Britos dice que hay un mix de razones que explican por qué los nenes salen de casa con la panza vacía: “Hay un componente socioeconómico importante que suprime el desayuno por necesidad”.
La problemática planteada por el especialista debería ser un tema central en la política de gobierno en San Luis. De acuerdo al estudio difundido recientemente por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), se detalla la grave problemática de los recién nacidos hasta los 19 años de vida. El relevamiento se realizó en 1013 casos de niños y adolescentes que asisten a comedores y copas de leche, ubicados en barrios en situación de alta vulnerabilidad socio-sanitaria. El resultado arroja que casi la mitad está “malnutrido”.
Sobre el tema se refirió, en diversos artículos, Silvio Schraier, director de la carrera de médicos especialistas en nutrición de la UBA y presidente de la Fundación Argentina de Nutrición. “No desayunar, asegura el nutricionista, es romper un ciclo biológico. Si hacemos una metáfora con un auto podemos decir que los chicos, en pleno período de crecimiento y desarrollo, gastan mucho más combustible que los adultos. Y no hacer las cargas a horario y con la nafta adecuada no tarda en hacerse notar”.
“Después sucede que los chicos tienen problemas de atención o les cuesta concentrarse. Se los termina derivando a la psicopedagoga, al oftalmólogo, al psicólogo. Y lo que necesitan es alimentarse correctamente”, agregó Schraier.
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