Desde la salida de la convertibilidad, regía un esquema controlado. De esta manera los precios quedan liberados a la competencia entre empresas, que podrán comprar o importar. Aranguren negó subas inminentes.
El Gobierno adelantó la "liberación" del precio de los combustibles, que estaba prevista para el 1° de enero del año próximo. De esta forma, serán las petroleras las que decidan el siguiente incremento de las naftas, que estaba previsto para el 1° de octubre. El ministerio de Energía le había solicitado a las compañías que ese aumento se postergara para noviembre.
"No creo que haya aumento de precios", advirtió esta noche el ministro Juan José Aranguren, tras explicar los detalles del cambio.
Los precios de los combustibles locales venían atados a un acuerdo entre la industria y las provincias, con supervisión del Gobierno nacional. En ese esquema, el sector pactaba importes con revisiones en base a la variación del peso frente al dólar y el precio del barril "criollo", que es el petróleo de producción nacional. A partir del 1° de octubre, ese pacto perdió la obligación de ser aplicado y cada empresa podrá establecer el precio que le parezca convenientes.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, sostuvo ese esquema del "acuerdo de hidrocarburos" pero siempre adelantó que tenía intenciones de modificarlo. Y, en una nota fechada el 22 de septiembre, se comunicó que el cambio se consumaría a partir del 1° de octubre.
"Un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante mantener la paridad con un funcionamiento pleno de la reglas de mercado", dice una nota del ministerio de Energía que blanquea esta situación.
"Desde el 13 de septiembre, se ha satisfecho esa condición", informa Energía a las petroleras, abriendo la puerta a la libre competencia.
Las refinadoras -las que venden nafta, como YPF, Shell, Axion, Oil, Refinor. Petrobras- establecían los precios en función de lo que pagaban por el petróleo crudo que le compraban a las productoras locales (YPF, Pan American Energy, Pluspetrol, Petrobas, entre otras). Pero ahora quedarían liberadas de ese compromiso: podrán importar o comprar en el país, según les resulte más conveniente.
La "liberación" del mercado permitiría que las petroleras puedan bajar los precios de los combustibles cuando desciende el valor del petróleo a nivel internacional. También pueden subirlo si se da el fenómeno reverso.
El ministro Aranguren se explayará en unas horas sobre este asunto. En ocasiones anteriores, habló de impuestos (como el específico de combustibles líquidos) como "amortiguadores": podrían subir cuando caiga el precio del crudo, y bajar cuando suba el valor del petróleo a nivel internacional.
Los precios del petróleos internacionales de referencia (el Brent y el WTI) están por arriba de las variedades locales (Escalante y Medanito). Si las compañías fueran a trasladar esa situación de inmediato, su próximo paso sería un aumento. Sin embargo, la expectativa del Gobierno es exactamente la inversa.