Un funcionario local determinó que el animal era una amenaza para la población e hizo que lo mataran.
No se veían en estado salvaje por los bosques de Alemania desde hacía más de 250 años. El bisonte, un animal imponente y el mamífero terrestre más grande de Europa, es también uno de los más vulnerables. Por eso, el avistamiento de uno de estos animales en estado salvaje cerca del río Oder en la ciudad de Lebus (Alemania) supuso una pequeña alegría para sus defensores.
Una alegría que duró poco cuando el ser humano demostró una vez más que no puede tener cosas bonitas cerca. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) anunció el viernes que presentará cargos contra un funcionario del este de Alemania que ordenó a los cazadores que dispararan contra el pobre animal. Cuando el hombre que avistó el bisonte dio parte a la oficina de órdenes públicas de Brandenburg, el jefe del centro determinó que el mamífero era una amenaza para la población local y ordenó que dos cazadores locales lo mataran.
Según informan los medios locales, es probable que el animal se alejara del parque nacional polaco de Ujście Warty, situado en la frontera con Alemania. “Dar permiso para disparar un animal fuertemente protegido sin una amenaza potencial clara es un delito”, declaró en un comunicado a The Local, Chris Heinrich, miembro de la junta de WWF. "Después de más de 250 años, un bisonte salvaje había sido visto nuevamente en Alemania y las autoridades solo piensan en disparar”, se lamenta el conservacionista.
El caso ha provocado la indignación entre los defensores de los animales, ya que no está probado que el bisonte sea un animal peligroso. “Los bisontes no son peligrosos”, declaró el ministro de Medio Ambiente de Brandenburgo, Jörg Vogelsänger, a Der Tagesspiegel. En caso de serlo, "la mitad de Polonia, donde el animal es un símbolo nacional, tendría que ser declarada una zona de peligro". Por su parte, un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente sugirió que un dardo tranquilizador podría haber sido una mejor solución que los disparos.
Una solución que llega demasiado tarde para el primer bisonte salvaje que cruzaba la frontera en más de 250 años.