Masacre en Brasil: mafia del oro descuartiza y tira al río a 10 indígenas

El mes pasado, un grupo de mineros de oro masacraron a unos 10 miembros de una tribu aislada mientras recogían huevos en el río amazónico Jandiatuba, cerca de la frontera con Colombia.

Ahora, los fiscales federales del país han abierto una investigación para esclarecer el suceso. La última evidencia de las crecientes amenazas a las que se enfrenta uno de los grupos más vulnerables del territorio que comprende el río Amazonas.

Los derramamientos de sangre llegaron recientemente a los oídos de las autoridades gracias a la agencia brasileña de asuntos indígenas, Funai. Los denunció después de que los propios mineros se hubiesen jactado de los asesinatos en un bar de un pueblo cercano a Colombia. Si no hubiesen alardeado de su fechoría y de los "trofeos" arrebatados a la tribu, los hechos podrían no haber trascendido.

"Fue una charla cruda. Incluso se jactaron de descuartizar los cuerpos y de arrojarlos al río", explicó a The New York Times la coordinadora de Funai para las tribus no contactadas y recientemente contactadas, Leila Silvia Burger Sotto-Maior. Aunque los asesinos justificaron su brutalidad amparándose en la "defensa propia" al decir que "tenían que matarlos o dejar que les asesinaran", añadió.

La organización mundial de derechos indígenas, Survival International, ha alertado en un comunicado de que si la investigación termina confirmando la masacre, significará que una quinta parte de la tribu fue exterminada.

El fiscal encargado del caso, Pablo Luz de Beltrand, admitió al mismo rotativo que en febrero hubo otro asesinato a indígenas aislados que aún está siendo investigado. Hasta ese momento, esta clase de crímenes jamás se habían desencadenado en el punto fronterizo. "Fue la primera vez que ocurrió en esta región. No es algo que hubiese pasado antes", detalló a The New York Times.

Survival International acusa en el mismo comunicado al Gobierno de Michel Temer de ser antindígena. Ahora hay indicios que apuntan que éste podría haber propiciado la existencia de un panorama desfavorable para esta parte de la sociedad olvidada. Desde que Temer es presidente, la financiación de asuntos indígenas se ha reducido. Hoy Funai cuenta con cinco bases menos para vigilar y proteger a tribus aisladas y el personal de aquellas que siguen en pie se ha reducido.

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