El premier israelí Netanyahu llegará dentro de diez días y se reunirá con Macri; hay temor por posibles actos violentos.
Se trata, reconocen en la Cancillería, de "una de las visitas más conversadas y megachequeadas" desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, en diciembre de 2015. En un clima de enrarecida agitación política, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu llegará el país dentro de diez días para reunirse con el Presidente y la comunidad judía argentina, en lo que será la primera visita de un primer ministro del Estado hebreo desde su fundación, en mayo de 1948.
Atentos a las marchas de protesta que partidos minoritarios de izquierda, el kirchnerismo y Quebracho, entre otras agrupaciones, ya organizan en contra del visitante -en las calles céntricas pudo verse un afiche en el que se acusa a Netanyahu de protagonizar "violaciones a los derechos humanos"-, funcionarios argentinos e israelíes afinan a toda velocidad los detalles de la visita oficial, que seguramente será breve y muy controlada. Aún no se definió si la llegada será el lunes 11 o el martes 12 de este mes.
En la embajada de Israel en Buenos Aires aún se niegan a confirmar "en un ciento por ciento" que Netanyahu llegue finalmente al país. El periplo incluirá Colombia, México y la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. En tanto, fuentes del gobierno argentino aseguran que las actividades que desarrolle estarán condicionadas por su "factibilidad" en materia de seguridad.
Además del encuentro con el Presidente en la Casa Rosada, que tendrá un megaoperativo de seguridad con vallados similar al de otras visitas recientes, como la de la canciller alemana Angela Merkel y el vicepresidente norteamericano Mike Pence, la ofrenda floral a San Martín en Retiro se pasará a "un lugar que no sea al aire libre", confiaron fuentes del Gobierno. Una visita a la tumba de San Martín en la Catedral, como hizo Pence, es una de las hipótesis, aunque aún resta la aprobación de la seguridad del primer ministro de Israel.
También están previstas una disertación ante empresarios y varias actividades con la comunidad judía del país, entre ellos la obligada visita a la nueva sede de la AMIA, en Pasteur 633, donde un atentado terrorista causó 85 muertos y centenares de heridos, en julio de 1994.
No se descarta, además, un paso por la plaza de Arroyo y Suipacha, sitio en el que se ubicaba la embajada de Israel en la Argentina, demolida por otro atentado en marzo de 1992. Por idénticas cuestiones de seguridad está descartado el paso de Netanyahu -líder del partido Likud y protagonista de la política israelí desde que llegó por primera vez al poder, en 1996- por el Congreso. "Cada paso que dé en el país va a estar controlado", describieron fuentes oficiales.
Más allá de las dificultades que implica su traslado, en la sede diplomática israelí y también en el Gobierno se entusiasman con la inminente llegada y prefieren remarcar que la visita se hará en el contexto de una "gran sintonía" entre Macri y Netanyahu, que se conocieron en un viaje del entonces jefe de gobierno porteño a Tel Aviv para una reunión de alcaldes del mundo, en junio de 204. Una relación cálida, opuesta a la tensión que se generó entre Israel y la Argentina durante la gestión de Cristina Kirchner.
Macri y Netanyahu afianzaron el vínculo en 2016, cuando se reunieron en el contexto de la cumbre económica de Davos. Siguieron la buena relación por vía telefónica y, en marzo pasado, el primer ministro le agradeció a Macri haber recibido en la quinta de Olivos a familiares de víctimas y sobrevivientes del atentado a la embajada. El entusiasmo de Netanyahu por venir es palpable: el miércoles, adelantó el brindis de Rosh Hashaná (año nuevo judío) por su viaje, y aclaró que lo hacía "porque viajo a Sudamérica". En una entrevista con la TV israelí, el mandatario afirmó que "durante 70 años, ningún primer ministro visitó (la región) al sur de los EE.UU. Nosotros cambiamos eso", afirmó el hombre fuerte de la política israelí.
Además de la sintonía política, la Argentina e Israel mejoraron en este tiempo los términos de intercambio en otros ámbitos: firmaron acuerdos de cooperación tecnológica y de aviación civil, hubo avances en agroindustria con visitas de empresarios de ambos países y se amplió el intercambio en materia de seguridad, lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, especificaron fuentes de ambos países. "Habrá protestas, pero la visita es muy importante para nosotros", afirman en la Casa Rosada.