Hubo reuniones informales para comunicar la intención de bajar el volumen de ingresos del exterior en algunas áreas sensibles. Se habla de barreras paraarancelarias.
Hace unos días, el Gobierno presentó la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), un programa que, sostienen en la Casa Rosada, buscará agilizar los trámites de exportación e importación. El promocionado objetivo es que ningún trámite se haga en papel sino que todo finalmente se realice en formato digital, es decir, acelerar los trámites, siempre engorrosos y muy poco transparentes. La noticia fue bien recibida por operadores, importadores y los exportadores.
Sin embargo, la procesión va por dentro. En paralelo a la presentación del VUCE, y en lo que constituirá una marcha atrás a la promocionada "apertura" del comercio exterior, el Gobierno realizó convocatorias informales para anticiparles a los principales referentes del sector productivo y comercializador que piensa "cerrar la economía" en los próximos meses para bajar el volumen de importaciones. La intención oficial es reemplazar a las licencias no automáticas con una serie de barreras paraarancelarias, como las normas técnicas y los antidumpings, que garanticen un freno parcial y progresivo al ingreso de productos, principalmente alimentos, calzado, textiles y elementos del transporte.
Dos altas fuentes que son referentes ineludibles del sector de la comercialización de alimentos confirmaron las reuniones, los dichos de los funcionarios, y por ende, la intención del Gobierno de frenar el ingreso de productos. Con el aviso, los funcionarios habrían buscado que los propios empresarios tomaran sus recaudos, potencialmente, que aprovechen la ‘ventana’ de oportunidad para realizar las importaciones, ahora.
A lo largo de 2016 la apertura comercial generó graves problemas en diferentes rubros. Esa tendencia se profundizó, pese a las graves consecuencias que genera sobre el empleo. Los números de las importaciones llaman la atención. Un estudio privado reveló que en los primeros cinco meses del año, las importaciones aumentaron 16% en bienes de consumo y 12,5% en el total, pasando de u$s22.042 millones en igual período de 2016 a u$s24.777 millones entre enero y mayo de este año. La Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, por ejemplo, comunicó que en mayo las importaciones de ese sector registraron incrementos interanuales del 68% interanual; la marroquinería saltó 32%.
Sabido es que los sectores industriales que atienden al mercado interno y compiten con los productos importados procesaron la noticia del debut de la VUCE como una advertencia. Es que la VUCE concentrará los trámites vinculados con las declaraciones, permisos, certificaciones, licencias y demás autorizaciones y gestiones necesarias para realizar las operaciones de importación, exportación y tránsito de todo tipo de mercancías. Es más: también desconfían porque el Gobierno ha salido públicamente a señalar que en un plazo no muy largo, se eliminará el sistema de licencias no automáticas de importación, una suerte de filtro para la importación que si bien es muy permeable, es visto como "peor es nada" por los pymes.
Controles
Además de eliminar las licencias no automáticas de importación, otro de los puntos centrales del programa de "agilización" de las operaciones de comercio exterior es la eliminación del llamado "canal rojo" de Aduana, mediante el cual los funcionarios de Aduana tienen contacto físico con la mercadería a exportar o importada. Esto se hace para evitar la tergiversación en la posición arancelaria declarada, lo cual permite evadir el filtro de las licencias no automáticas. También se utiliza para detectar maniobras de subfacturación y sobrefacturación en la exportación e importación. En el Gobierno admiten que históricamente, ese control se vuelve muy opaco y que en muchos aspectos está impregnado de una red de coimas que lo vuelven una traba permanente.