El arquitecto Rodrigo García González, junto a un equipo especializado del laboratorio Skipping Rocks Lab, crearon una manera de consumir el agua de forma curiosa: esférica y comestible. El ingenioso producto está hecho de algas marinas y material biodegradable.
Hoy en día es habitual que la gente quiera cuidarse y opte por consumir aguas en vez de gaseosas o jugos. Bien sea por el beneficio para la salud o por hidratación, pero a pesar de que el agua favorece al ser humano sus envases contaminan el medio ambiente. Pero eso ya no será un problema. Un estudiante de arquitectura, Rodrigo García González, junto a un equipo especializado del laboratorio Skipping Rocks Lab crearon una manera de consumir el agua de forma curiosa, esférica y comestible. Sí, se puede comer. Primero se bebe el líquido y luego se come. Ooho!, el ingenioso producto, es un envase hecho de algas marinas, naturales y biodegradables.
Los creadores se basaron en tecnologías utilizadas en Londres. “Nuestro material patentado es realmente más barato que el plástico y puede encapsular cualquier bebida incluyendo agua, refrescos, licores y cosméticos”, aseguran en su página web Skipping Rocks Lab.
El equipo de Skipping Rocks Lab se inspiró en las frutas, pues estas tienen la capacidad de albergar líquidos sin derramarlos. Las ecológicas botellas tienen la opción de consumirse luego de hidratarse, pero también se pueden reciclar ya que los ingredientes que posee lo permiten. La mezcla, principalmente compuesta por agua, debe ser refrigerada hasta estar congelada. Luego se descongela y la bola toma una estructura gelatinosa.
Aparte de lo ecológico, la botella de Ooho! también es económica pues su producción solo cuesta 0,15 centavos de dólar. El producto, que causa sensación en sus redes sociales, aun no está en el mercado. Si el novedoso invento resulta, se espera que en el futuro se pueda emplear en otro tipo de envases como vasos, platos y utensilios.