Me retiro, me voy antes de que me echen". Así, con el humor que lo caracterizó siempre fuera de la cancha, pero también con el temperamento que marcó su juego, Andrés Nocioni anunció que dejará el básquetbol profesional cuando termine la actual temporada con Real Madrid. A los 37 años, el ala-pivot argentino terminará una carrera llena de éxitos, en la que se convirtió en uno de los pilares fundamentales de la Generación Dorada.
El anuncio lo hizo a través de una divertida carta publicada en su cuenta de Twitter. "Después de tantas batallas, he decidido dejar de reventar la botella de agua contra el piso cada vez que me sustituyen, mojando a compañeros, asistentes y plateístas de primera fila. De tirar toallas, de patear bancos, de insultar al aire. He decidido madurar, señores. Me cansé de discutir con los árbitros por los fallos que nunca sabremos si fueron erróneos. No quiero que me cobren más faltas técnicas ni tampoco volver a pagar gimnasios o cenas de equipo a cuenta de mis multas. Debo progresar. Lo he meditado lo suficiente. Basta de pelear con rivales, basta de noches si dormir por victorias con angustias o derrotas que son puñales. Se terminó… Pretendo mejora mi conducta, mis hábitos. Y como tengo claro que no podré cambiar mi temperamento jamás, me retiro. Me voy antes de que me echen", así argumentaba su decisión en el inicio de la misiva.
Hola a todos! He tomado una decisión sobre la temporada que viene, acá está: pic.twitter.com/BeREGequye
— Andrés Nocioni (@SoyElChapu) 3 de abril de 2017
Nadie puede dudar de sus éxitos deportivos. Jugó y fue campeón en Baskonia y en Real Madrid, equipos españoles, con los que conquistó tres Ligas, cuatro Copas del Rey, una Supercopa de España, una Euroliga y una copa Intercontinental. También brilló en la NBA, en la que completó nueve temporadas entre Chicago Bulls, Sacramento y Philadelphia.
¿Y qué agregar de su paso por la selección argentina? Una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, una medalla de bronce en los de Pekín 2008, una medalla de plata en el Mundial de 2002, dos medallas de oro en FIBA Américas y otra del mismo material en FIBA Diamond Ball 2008. Además del cuarto puesto en los Juegos de Londres 2012, de su participación en los de Río 2016 y de innumerable cantidad de torneos. Disputó 120 partidos con la camiseta albiceleste, su gran pasión.
No hizo agradecimientos especiales a sus compañeros, sino que los englobó a todos en el mismo saludo. Sus dedicatorias más especiales fueron para sus dos hijos, Laureano y Benicio, y para su mujer, Paula. "Ella fue quien me acompañó durante todo el recorrido, quien me contuvo, me abrazó y me levantó las veces que estuve caído. Yo no estuve solo, solo no hubiera podido", escribió el basquetbolista oriundo de Santa Fe.
"Hasta acá hemos llegamos, amigos. Fue un camino largo, repleto de piedras, luces, empeño y también de grandes satisfacciones. Pero de algo estoy seguro: valió la pena transitarlo", cerró el Chapu. Para muchos, el más querido de la Generación Dorada. Aunque incluso esa definición no sea suficiente para entender su magnitud.