Durante años su aporte quedó invisibilizado. Desarrolló la técnica del espectro ensanchado, que fue clave para la comunicación inalámbrica. También fue una de la primera mujer en protagonizar un desnudo en la pantalla grande.
Fue actriz y pintora aficionada. De mente inquieta, desde pequeña sus docentes la calificaron como una niña superdotada.
Filmó, además de la película checoslovaca Éxtasis (Fue la primera mujer que en una película simuló un orgasmo en la historia del cine), cuatro películas alemanas, además de la citada: Dinero en la calle (1930), La mujer de Lindenau (1931), Las aventuras del señor O. F. (1931), y No necesitamos dinero (1932). Gracias a su fama, le fue posible viajar a Hollywood, donde sería protegida por Louis B. Mayer quien además, le daría un nuevo nombre inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis, que falleció en trágicas circunstancias.
Tras el estreno de su primer largometraje en los EE. UU., Algiers (1938), junto con Charles Boyer, y bajo contrato con la MGM,5 empezó a destacar en Hollywood con Lady of the Tropics (1939), y con I Take This Woman (1940). Hedy Lamarr trabajó entre otros con King Vidor (Camarada X, Cenizas de amor), Jacques Tourneur (Noche en el alma, 1944), Robert Stevenson (Pasión que redime, 1947) y Cecil B. DeMille (Sansón y Dalila, 1949). No tuvo, sin embargo, demasiado éxito al elegir sus películas en otras ocasiones. De todos modos estas fueron bastante numerosas, pues hizo unas treintena en su carrera, la mitad de las cuales fueron realizadas hasta 1945. Trabajó en el cine hasta 1958.
Fue también pintora aficionada y coleccionista de arte.
De todo modos, jamás abandonó su pasión por las ciencias. Continuó capacitándose por su cuenta y se convirtió en una inventora que daría que hablar: concibió, junto con el pianista George Antheil, la técnica del espectro ensanchado, el primer paso en el desarrollo del Wi Fi. El invento fue patentado el 11 de agosto de 1942.
El espectro ensanchado es una técnica de modulación que se utiliza en telecomunicaciones para transmitir datos digitales y por radiofrecuencia.
En plena Segunda Guerra Mundial, uno de los principales problemas era la transmisión de comunicaciones. Así fue que Lamarr se abocó en encontrar una solución para ese inconveniente.
Pensó que la frecuencia se podía cambiar de forma constante, tal como sucede cuando se toca un piano. De hecho, llegó a este descubrimiento de la mano del pianista George Antheil.
Lamarr y Antheil utilizaron un rollo de papel perforado para que la frecuencia fuera variando entre 88 valores, como las teclas de un piano. Así, la secuencia sólo la conocería quien tuviera la clave y de ese modo se aseguraba que la comunicación quedara segura.
En otras palabras, al alternar la frecuencia (del transmisor y receptor), se podría controlar, por ejemplo, un torpedo por radio y sin interferencias (algo fundamental en tiempos de guerra). Luego de varios meses de trabajo, patentó su invento.
Al poco tiempo, desde la Marina decidieron abandonar el proyecto por no considerarlo del todo confiable. Sin embargo, en 1962, y una vez que caducó la patente, el gobierno de Estados Unidos utilizó esta técnica para las comunicaciones militares.
Y en la actualidad, muchas tecnologías se basan en este sistema que permite las comunicaciones inalámbricas a de larga distancia. Lamarr y Antheil nunca hicieron dinero con su invento.
Sus logros en el campo de las telecomunicaciones recién fueron reconocidos en 2005, cuando se declaró el 9 de noviembre (fecha de su natalicio), como el Día del Inventor en Austria, Suiza y Alemania. A su vez, en mayo de 2014, Lamarr y Antheil fueron sumados al Inventors Hall of Fame de Estados Unidos.