Al principio, Silvana Ruggieri sentía que su corazón nuevo era algo extraño. Se ponía nerviosa cuando le latía fuerte. No se animaba a tocarse el pecho. Hoy es triple oro de natación en los Juegos de Trasplantados.
La operación fue en mayo de 2015. Y la recuperación fue rápida: para septiembre de 2016, Silvana estaba compitiendo en los Juegos Latinoamericanos para Trasplantados, que se celebraron en Mendoza. En esos Juegos ganó tres medallas de oro.
Silvana cuenta cómo el trasplante de corazón cambió su vida. Habla de sus miedos y de cómo los superó. Y envía un mensaje de aliento para todos aquellos que hayan recibido un trasplante.
Hace un año y medio te trasplantaron el corazón, y hoy sos triple oro de natación en los Juegos de Trasplantados. ¿Por qué te metiste en natación y cómo llegaste tan rápido a los Juegos?
Mi médico, antes de ser trasplantada, me dijo que después de la operación tenía que hacer deporte, porque era mejor para la calidad de vida. Me contó del Mundial de trasplantados, de los Juegos. me incentivó un montón. Y me dijo: ‘A los 3 meses de la operación yo te quiero corriendo’. Yo en ese momento lo saqué cagando, porque me sentía muy mal. Pero ahora que fui a los Juegos, le agradezco un montón. Él fue quien me dijo que haga deporte. Gracias a él hice todo esto.
Y ganaste tres medallas de oro. ¿Qué pensaste cuando terminó la competencia?
Competí en 50 metros espalda, pecho, y libre. Gané las tres y además gane dos postas. Pero la más importante fue la mención especial a la revelación en la categoría Senior, en la que competí (N. del R: la categoría va de los 30 a 39 años y Silvina tiene 37). Eso premio lo tomo como un reconocimiento al esfuerzo, porque ellos saben que estás interesada y que entrenas todo el año. Yo quería ganar, soy competitiva. Pero cuando estaba allá me di cuenta que todos merecemos ganar. Escuché cada historia de vida. En eso pensé. Yo me veía en los Juegos y me decía: ‘¿Qué estoy haciendo acá?’. No lo podía creer, porque mi vida antes del trasplante era el polo opuesto.
¿Cómo era tu vida antes del trasplante?
No hacía nada. Fumaba. No tenía la vida sana que llevo ahora. Ahora me entreno, me levanto temprano. El deporte te ordena la vida y te hace sentir bien. Yo tomo 500 pastillas por día, y sé que lo voy a tener que hacer de por vida. Esa era una de mis preocupaciones, decía ‘uh voy a tener que tomar esto todos los días’. Recién ahora estoy aceptando mi condición, aceptando que no es nada grave, que soy una persona normal pero que bueno, tengo que tomar pastillas, tener ciertos cuidados. Antes puteaba y ahora lo hago y ni me acuerdo. El deporte me ayudó a eso.
¿Qué le dirías a alguien que acaba de ser trasplantado?
Te podes quedar en la condición de trasplantado, y conozco personas así, y te quedás y hacés vida sedentaria, y estás ahí diciendo ‘yo soy la trasplantada’. Pero la vida sigue. Esto es una segunda oportunidad que tenés. Y tenés que aprovecharla. Tenés que rendir honor a tu donante y a la familia de tu donante. Gracias a ellos seguís acá.
Un año después del trasplante, Silvana se comunicó con Incucai para hacerle llegar una carta a la familia del donante. Pero esa posibilidad se había dado de baja. Se quedó con las ganas. "La carta que no pude entregar a la familia de mi donante decía que más allá del dolor de la pérdida, pueden estar tranquilos porque el corazón de su hijo está en manos de una persona que lo cuida más que a nada en su vida. Ese corazón es mi tesoro y no lo puedo descuidar. Y les decía que vamos juntos a buscar la medalla olímpica a Málaga. Y la vamos a conseguir. Y será un triunfo compartido". Silvana es candidata para competir representando a Argentina en el Mundial de Trasplantados que se realizará en Málaga, España, en junio de 2017.