A través de la empresa Baires Fly el Gobernador pagó uno de los aviones privados más caros del mercado en el día más costoso para viajar, la víspera de Navidad. El destino fue Jujuy para la puesta en escena de su lucha contra los presos políticos.
Fue el crítico más fuerte del Kirchnerismo durante 12 años, fustigó contra todas y cada una de las políticas emprendidas, primero por Néstor Kirchner y más tarde por Cristina Fernández. Castigó con duros términos los que consideró actos de corrupción, sobreprecios, manejos de los fondos públicos y cualquier otra acción en la que estuvieran vinculados dineros del Estado. Hoy, en su afán de trascender en los medios, Alberto Rodríguez Saá se aferra al Kirchnerismo, se olvida de la discriminación que denunció y apoya la causa de Milagro Sala.
Para llevar adelante su acto de defensa a Sala, el mandatario sanluiseño viajó en vuelo privado a través de la firma Baires Fly. El costo de la operación supera los $ 400 mil, la empresa viaja a cualquier parte del mundo y opera de manera exclusiva en el Aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con bases de operaciones en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza “Ministro Pistarini” y el Aeropuerto Internacional de San Fernando. Lo oneroso del viaje se da por las características de las aeronaves que ofrece Baires Fly y la fecha elegida por Rodríguez Saá, la víspera de Navidad.
La historia nos contó que los defensores de las causas humanitarias eran personas sencillas, humildes, que para trascender en su lucha no dispusieron de grandes sumas de dinero y que siempre y en todos los casos tenían una misma postura hacia el dolor. El caso de Alberto contrasta seriamente con esos conceptos y se erige en el millonario, que con fondos público y una ostentosa pantalla mediática muestra su más reciente actuación ante los flashes de los distintos periodistas que siguieron su viaje por Jujuy.