Silvana Corso es directora de la Escuela de Educación Media Nº2 "Rumania" una secundaria pública que apuesta a la inclusión, donde recibe a chicos de Fuerte Apache y jóvenes con discapacidades.
Silvana Corso es directora de la Escuela de Educación Media Nº2 "Rumania", un establecimiento educativo secundario ubicado en el barrio porteño de Villa Real, a metros de Fuerte Apache. Todos los días recibe alrededor de 500 alumnos que viven dentro de un contexto de vulnerabilidad. Y más aún: también les abre las puertas a chicos que cargan problemas con importantes como parálisis cerebral, hidrocefalia, espina bífida y esquizofrenia.
El trabajo de Corso enfocado en la educación inclusiva la llevó a quedar nominada para el Global Teacher Prize, un prestigioso galardón conocido como el "Nobel de la Educación", que reconoce a los mejores docentes del mundo. Compite junto a 49 colegas de 37 países del mundo. El ganador se llevará un millón de dólares.
"Ella maneja esto construyendo una cultura inclusiva y asegurando que los maestros estén a bordo", explican desde la Fundación Varkey, la institución detrás del premio. "Algunos de sus alumnos con discapacidades han estudiado derecho desde entonces, otros con trastornos del desarrollo fueron ayudados en el trabajo".
Chicos con Trastornos del Espectro Autista, con Trastornos Generalizados del Desarrollo, con síndrome Asperger, síndrome de Tourette, síndrome de Down, con problemas pisquiátricos como esquizofrenia o psicosis, con parálisis cerebral, con mielomelingocele, con espina bífida o microcefalia. Todos ellos estudian en la escuela que dirige Corso.
"En la escuela, además de lo académico, a los chicos les enseñamos que todos somos iguales. El chico que viene del Fuerte es tan valorado que se siente único", cuenta Corso al diario La Nación.
En el proyecto pedagógico, el primer año es el año clave. Lo explica Corso: "Ahí todavía se dan las burlas y la discriminación entre ellos. Una vez que maman los valores de la escuela, con tutorías muy personalizadas, los chicos aprenden a cuidarse mutuamente. Los chicos que llegan de Fuerte Apache, cuando ven a sus compañeros en sillas de rueda que la siguen peleando, aprenden a relativizar sus propias situaciones. Todos aprendemos que todos tienen algo que aportar y eso enriquece la vida de todos. Trabajam