En el setenta por ciento de los casos hay violencia bajo la forma de arrebatos callejeros o mediante utilización de armas.
Ocho de cada 10 argentinos han sido víctimas del robo de su celular, modalidad delictiva donde en el 70 por ciento de los episodios hay violencia, y se estima que el negocio de la reventa en el mercado negro mueve unos 100 millones de pesos por mes.
La Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (CATEMA) lanzó una campaña contra el robo de celulares, pero esta vez atacando una de las variables que hacen posible el crecimiento de este mercado negro, que es la demanda de los propios ciudadanos adquiriendo aparatos cuyo origen es claramente ilícito.
En ese marco, el licenciado en seguridad, Luis Vicat, explicó que "las estadísticas con los robos de equipos de telefonía móvil se vienen sosteniendo desde hace varios años, y como resultado actualmente ocho de cada 10 argentinos ya padecieron en alguna ocasión esta flagelo", según publicó Diario Popular.
"Cabe destacar que en el 70 por ciento de los hechos, los usuarios son víctimas de hechos con violencia, bajo la forma de arrebatos callejeros o mediante la utilización de armas. En el restante 30 por ciento, se trata de casos de hurtos, sin violencia y aprovechando el descuido de las víctimas", señaló.
Para intentar reducir este problema, CATEMA busca persuadir a los posibles compradores de teléfonos robados, planteando que esta adquisición irregular de celulares los hace cómplices de los delitos cometidos.
Se producen 7.000 robos cotidianos de celulares, según un estudio de las propias compañías, y la cifra posiciona al país al tope del ranking en América Latina. "Para los hechos de robos de celulares es indispensable comenzar a generar conciencia entre los usuarios.
Por un lado, es clave que no compremos equipos de dudoso origen", dijo Vicat. Sostuvo que "de esa manera no se detiene la rueda de la violencia y el negocio espurio". "Al mismo tiempo, hay que tomar recaudos. En la vía pública, evitar hacer llamadas o enviar mensajes", agregó.
Sugirió que "para el caso de recibir llamadas o mensajes, si resulta muy necesario atender o chequear, hay que buscar espacios de resguardo, como un kiosco o el lobby de un edificio".
En la Argentina, se estima que el robo de celulares mueve más de 100 millones de pesos mensuales, a un promedio de 500 pesos la venta de la unidad luego de robada en alguna cueva, donde los equipos son liberados.
Este número se duplica o triplica si lo que se contabiliza es el precio al público, que puede rondar los 1.500 pesos. "A mí me pagan 500 pesos por un Samsung bueno. Voy a Ciudadela y lo vendo a un tipo que me da esa plata por cada equipo. Hago esto todos los días", contó un "punga" que opera en Liniers, en un informe televisivo.
Reveló que sólo tenía 14 años, como la mayoría de quienes "trabajaban" en la misma zona, un panorama similar al que se registra en otros "puntos calientes", como Once, Constitución o Retiro.
"Es necesario que los usuarios tomemos verdadera dimensión de este drama y dejemos de ser cómplices, y también reflexionemos sobre nuestro rol como usuarios para así tomar recaudos, necesarios en un ambiente hostil y realmente peligroso", concluyó Vicat.