Los japoneses no paran de sorprendernos. Cada poco tiempo nos encontramos con interesantes innovaciones que facilitan nuestra vida. Por ejemplo el revolucionario ventilador de fideos, un invento sin el que ningún mortal puede sobrevivir, sin dudas. El mundo pedía a gritos una cebolla que no nos haga llorar, y afortunadamente los japoneses nos traen la solución. ¿Quieres saber de qué se trata? Continúa leyendo, amigo.
Cebollas libres de lágrimas
Existen algunas estrategias bastante comprobadas para evitar que el ácido de las cebollas nos haga llorar cuando las cortamos, mas este nuevo desarrollo promete cortar el problema de raíz. Los científicos hallaron la forma de evitar que la cebolla libere la enzima responsable de que nuestros ojos se llenen de lágrimas. Interesante, sin dudas, pero, ¿cómo funciona exactamente el proceso?
Lo que sucede es que los vegetales de la familia Genus Allium absorben azufre del suelo y cuando los cortamos rompemos sus células y los compuestos químicos dispersos en su interior se desprenden.
Las enzimas descomponen los aminoácidos sulfóxidos formando ciertas cantidades de gas de azufre natural. El gas sube hasta nuestros ojos y en ellos reacciona al hacer contacto con el agua natural del ojo, formando pequeñísimas cantidades de ácido sulfúrico, un ácido tremendamente nocivo que en cantidades mucho más grandes sería muy peligroso.
El proceso que los científicos desarrollaron para evitar que ese proceso efectivamente se lleve a cabo y nos cause una incontenible cantidad de lágrimas que caen sobre nuestra cara y llegan a inundar la comida que estamos preparando, consiste básicamente en irradiar las cebollas con iones, lo cual debilita la enzima alinasa.
Si bien este técnica aún no fue aprobada para su uso comercial, los científicos aseguran que no implica ninguna modificación sustancial de las propiedades de la cebolla y no implica ningún tipo de riesgo para la salud.
Mientras tanto podemos seguir utilizando algunas tontas pero divertidasestrategias para evitar llorar cuando cortamos cebolla, por ejemplo recurrir a los lentes de agua que utilizamos en las clases de natación.