El entrenador admite la superioridad del campeón de Europa, pero confía en el carácter de su equipo si se topan en el Mundial de Clubes.
Esas canas que empiezan a asomar parecen estar en la cabeza equivocada. A los 39 años, Marcelo Gallardo conserva el rostro aniñado de los tiempos en que debutó en Primera con apenas 17. Pero el Muñeco ya es un señor técnico: en poco más de un año ganó cuatro títulos internacionales en un club que tiene nueve en la era moderna. Falta una hora y media para que comience el entrenamiento y Gallardo habla mano a mano con Clarín sobre el campeonato local, la Sudamericana, el Mundial de Clubes y su futuro como técnico. Pese a que River viene de perder dos partidos seguidos por el campeonato local (ante San Martín de San Juan y Estudiantes), se lo nota entre tranquilo y confiado. "El domingo, en La Plata, vi señales positivas y eso me pone bien. Pero sé que tenemos que seguir trabajando", afirma el entrenador que revolucionó a River.
-En los festejos de la Libertadores dijiste "ahora vamos por más". ¿Por qué tuviste ese discurso justo en medio de un momento que se suponía que era solo de felicidad?
-Tiene que ver con una forma de vivir y de sentir. El club está en un momento en el cual deberíamos aprovechar todo lo bueno que está pasando a nivel deportivo e institucional. Es fundamental no quedarnos en el conformismo. Posiblemente nos resulte complicado mantener el éxito, pero hay que intentar ser mejores todavía. No es fácil lograr títulos y seguramente va a ser cada vez más difícil, pero hay que seguir siendo competitivos. No podemos relajarnos y hacer la plancha hasta el Mundial.
-Con vos, River perdió dos partidos seguidos dos veces: la primera, ante Huracán por la Supercopa Argentina y frente a Boca por el campeonato local; y ahora contra San Martín y Estudiantes. ¿Cómo está tu cabeza al vivir esta situación infrecuente?
-Cada derrota tuvo su historia. Con San Martín era algo muy previsible. No quería que nos pasara pero pasó. Tenía que ver con un desgaste mental y físico por el viaje a Japón más que con otra cosa. Y el domingo vi que empezamos a recuperar algunas cosas positivas pero que no pudimos mantener. Y empecé nuevamente a hacerles sentir a los jugadores que nos tenemos que volver a enfocar en lo nuestro. Enfocar en lo nuestro es 90 y pico de minutos de partido. No 45, no 50. Por eso toda esta semana nos vino muy bien. Estuvimos muy conectados nuevamente.
-Afirmás que no se bajan de la lucha por el campeonato. ¿Pero reconocés que se les complicó ese objetivo?
-Boca y San Lorenzo van a perder puntos y nosotros tenemos que aprovecharlo. Creo que todos los de arriba van a perder puntos.
-El problema es que se les achicó muchísimo el margen de error.
-Lamentablemente perdimos puntos que no estaban en nuestros planes. Dependerá de nosotros no seguir perdiendo más puntos para tratar de acercarnos cuando enfrentemos a algunos equipos.
-Ya se viene el Superclásico, en la 24ª fecha. ¿Piensan en afianzar la hegemonía ante Boca?
-El partido con Boca es una de nuestras metas principales hasta fin de año. Es uno de esos partidos que hay que jugar con mucha decisión. Tenemos objetivos muy claros. Seguir peleando el campeonato y, en caso de no poder, hacernos fuertes contra Boca en nuestra cancha para después apuntar a la Sudamericana antes del Mundial.
-¿La Sudamericana será prioridad?
-Tenemos que defender el título de la Sudamericana. Es un torneo que te da posibilidades y que tiene relación con nuestra manera de jugar las competencias. Son partidos de eliminaciones directas. Duelos de 180 minutos en los cuales consideramos que somos fuertes y vamos a tratar de defender ese título. En el torneo dependemos de otros resultados y de no perder más puntos.
-Si llegan a la final del Mundial, ¿cómo pensás parar a Messi, Suárez y Neymar?
-Te lo diré en ese momento. Ahora tengo otras cosas en la cabeza.
-¿Coincidís con los que dicen que tienen una o dos chances de diez ante el Barça?
-Una o dos chances de diez… (piensa) Y, no sé… Pero vamos a jugar un solo partido. No va a haber diez partidos con el Barcelona. A los que dicen eso, les digo que no hay diez chances. Vamos a jugar un solo partido con el Barcelona y ahí las chances son para ambos iguales. Más allá de que, si vamos a los papeles, el Barcelona viene casi con la misma base de los jugadores desde hace cinco o seis temporadas y nosotros primero consolidamos un equipo y luego se empezó a desarmar. En ese sentido, siempre vamos a tener desventajas por la supremacía económico de un equipo poderoso de Europa.
-¿Se puede jugar de tú a tú ante un rival de la jerarquía del Barcelona?
-Sí. Por lo menos, es mi manera de pensar. Después, vamos a pensar en las condiciones más convenientes para jugar porque la estrategia tiene mucho que ver en el juego. Pero mi idea es intentar jugar de igual a igual contra cualquier rival, y tengo un equipo preparado física y mentalmente para eso. En el 96, Juventus nos pasó físicamente por arriba. Ahora estamos listos para competir ante Barcelona.
La Selección, a futuro
A partir de sus éxitos en Nacional de Montevideo pero especialmente en River, Marcelo Gallardo tiene un inevitable destino europeo. "¿Te entusiasma la idea de dirigir en Europa?", le preguntó Clarín. Y él respondió: "Sí, pero contrariamente a lo que se dice o comenta, no estoy apurado por irme a Europa. Estoy bien donde estoy, soy feliz en River. Mientras siga sintiendo eso, voy a seguir estando acá. Cuando ya no sienta esa relación que me hace sentir bien y vivo, veré qué camino tomar. Pero mientras tanto no tengo ninguna idea de irme. Si no, no hubiese acordado un contrato por dos años. Más allá de que después se puedan cumplir y de que el fútbol es fútbol y dependemos de resultados. Algunos dirán que tengo un poquito más de colchón o de espacio, pero, conociéndome, no me permitiría eso. Si no puedo estar en la exigencia permanente para poder ser mejor, prefiero no estar".
-¿La Selección también es un anhelo?
-Sí, la Selección es un anhelo, pero hoy tampoco es prioridad en mi cabeza. Considero que tengo mucho por aprender y por mejorar. Por ahora sólo pienso en tratar de que River tenga más frescura y que vuelva a ser un equipo confiable.