Tras haber estudiado las notas de más de 130.000 estudiantes ingleses, dos investigadores de la prestigiosa universidad de negocios London School of Economics (LSE) detectaron una mejora de 6,41% en las calificaciones de los chicos luego de que sus escuelas prohibieran el uso de teléfonos o los obligaran a entregarlos antes de entrar al aula.
Los efectos no son iguales para todos. Mientras las notas de los chicos más aplicados no tuvieron mejoras visibles a partir de la prohibición, los alumnos con notas más bajas registraron un notable repunte de 14,23% en sus calificaciones.
¿Impedir el uso de celulares podría ayudar a nivelar para arriba el rendimiento escolar de los chicos? Louis-Philippe Beland y Richard Murphy, autores del estudio, creen que sí: "Los resultados sugieren que los estudiantes con peores notas tienen una mayor tendencia a distraerse con los celulares, mientras que los de mayor rendimiento pueden concentrarse en el aula sin importar si hay teléfonos presentes".
El estudio fue realizado entre 2013 y 2015 a partir de una encuesta hecha a los directores de escuelas de cuatro ciudades británicas (Birmingham, Londres, Leicester y Manchester) sobre los límites al uso de celulares en sus establecimientos. Las respuestas fueron combinadas en una base de datos con los resultados que sus alumnos obtuvieron en los exámenes nacionales. A partir de una fórmula matemática, observaron la evolución de sus calificaciones a través del tiempo y el efecto que la prohibición a los teléfonos tuvo sobre ellas.
Durante mucho tiempo se pensó que cualquier avance tecnológico era directamente acompañado por un incremento en la productividad. Pero, en los últimos años, numerosos estudios probaron que los dispositivos que permiten no enfocarse en una única tarea sino hacer más de una cosa a la vez pueden distraer y reducir la productividad por la falta de concentración.
Pero no todos piensan lo mismo. En marzo de este año el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ordenó levantar la prohibición que regía para el uso de celulares en la escuela desde hacía diez años como una forma de terminar con una desigualdad: mientras muchos colegios privados permitían que sus estudiantes fuesen a clase con sus dispositivos, los alumnos de establecimientos públicos no podían hacerlo. "Quiero que los padres puedan comunicarse con sus hijos", argumentó en aquel momento el político demócrata.
Contra su opinión, los investigadores Beland y Murphy señalan: "Una tecnología multipropósito, como son los celulares, pueden tener un impacto negativo en la productividad por las distracciones que provoca. Los colegios que restringen el acceso a los teléfonos consiguen una mejora en los exámenes de sus alumnos".
Aunque tal vez prohibir por completo el uso de los teléfonos inteligentes en el aula tampoco sea la solución. Los propios autores del estudio reconocen que hay que considerar "la posibilidad de que los celulares sean una útil herramienta de enseñanza si es correctamente encauzada". La pregunta es cómo hacerlo. Las respuestas son múltiples: modo silencioso, prohibición en el aula pero no en los recreos o el bloqueo de las redes sociales son algunas de las propuestas planteadas.