Feudo, el relato y la puntanidad en una carta para Adolfo Rodríguez Saá

por Tochi Moreno

Senador Adolfo Rodríguez Saá:

Estuve leyendo en lapuntasanluis.com, medio periodístico on line de la ciudad de La Punta, sus  dichos en un acto partidario celebrado en esa ciudad días atrás: “¿Qué feudo, de qué están hablando? La libertad, el pluralismo, el respeto que tenemos.

Entiendo que no le guste que lo  califiquen de feudal, hasta  que desconozca algunas características de los feudos medievales, por eso esta carta abierta, para Ud. y para los suyos. 

Feudo.

Sistema de organización social por el cual los soberanos y los grandes señores concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo; a cambio de que le guarden fidelidad de vasallo, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba. La justicia la dictaba el mismo señor. Los amos feudales creían que la tierra y el gobierno le pertenecían por mandato divino. Era la forma en que se resolvía la política por ese entonces. Según los servicios, era la importancia de lo que el señor cedía a sus súbditos.

Por cierto que muchos siglos después una estructura así no se repite exactamente tal cual. Pero sí  encontramos conceptos que se repiten.

Hago entonces un  ejercicio de “traer” mentalmente ese régimen medieval al presente político,  con gobernantes que se creen amos y señores del territorio y hasta de las instituciones. Se creen los únicos e irreemplazables capaces de gobernar sus territorios e instrumentan todas las maniobras posibles para perpetuarse personal o familiarmente.

Los reyes, príncipes de aquella época hoy se llaman gobernadores. Los condes, marqueses, etc. se llaman intendentes, diputados, senadores, punteros. Cada uno de los cuales tiene la cuota de poder o de territorio que el feudal moderno les da, conforme su fidelidad, sus votos, sus aportes.

Uds. no llegaron al poder por herencia, guerras o crímenes, pero convengamos que en las sucesivas elecciones, incluyendo las internas partidarias, han sabido usar variadas y efectivas maniobras fraudulentas, comenzando por aquella elección interna del 16 de junio de 1983. El fraude es la base del feudalismo moderno.

Los votos no son un mandato divino y omnipotente, otorgan responsabilidades y obligaciones para con el pueblo que los emite. No generan señores y   no vasallos, ni habilitan para el enriquecimiento. Desde el poder así conseguido avanzaron sobre el legislativo y luego sobre el judicial. Lograron y Ud. la usó  especialmente,  la reelección indefinida, en igualdad con  Kirchner, Menem e Insfran.

Como buenos señores feudales supieron sacarse de en medio a dirigentes, jueces, funcionarios varios que no le obedecían, que aspiraban a más o que no compartían “lo  con$eguido.”

Habló Ud. de  libertad, pluralismo y respeto. ¿Recuerdan los epítetos usados en la legislatura y en declaraciones en su diario, incluso para con quienes hoy son sus aliados? ¿Dónde estuvo el pluralismo y respeto cuando presentaron a los jueces en calzoncillos y gorras militares? ¿Dónde cuando manifestaron contra el intendente Carlos Ponce exigiendo que se vaya? El crear una intendencia sanluiseña paralela con dispendio presupuestario, fue puro  vandalismo político feudal.

Sus legisladores y funcionarios elegidos a dedo, casi sin elecciones internas, le deben feudal obediencia  caso contrario se les acaba el futuro político.

¿Dónde está el respeto a las personas, a la democracia, a la república cuando hicieron votar a niños de nivel inicial y primario en la pretendida consulta por La Pedrera?

La anulación de las elecciones legislativas cuando fueron derrotados en el Depto. La Capital (cuando aún tenía ese nombre) y luego en Belgrano y Gob. Dupuy, ¿fue un acto de libertad, pluralismo y respeto?

¿Cuántos años hemos tenido en que no se puede litigar contra el estado y que éste no paga las sentencias en que ha sido condenado? Eso es feudalismo. También el anular los controles como los de la Defensoría del Pueblo e integrar los Tribunales de Cuentas con aliados políticos haciéndolos pasar por oposición.

Todas las leyes que normaban la ética en la función pública sancionadas en sus primeros mandatos de gobernador, fueron derogadas por  su patotera mayoría legislativa en el 2004, algo así ¿es propio de una república o de un feudo?

La represión a los docentes reclamando mejoras salariales y un estatuto específico ¿fue una muestra incomprendida por mí de respeto y pluralidad?

La persistencia en incumplir con la constitución y las leyes o aplicándolas según su antojadiza interpretación es propio de quienes se creen estar por encima de todo. Como en un feudo.

Estos casos son actos delincuenciales para con la vida republicana. Uds. los celebran como picardías y así los trasmiten a sus seguidores, especial y lamentablemente a las nuevas generaciones, que en esa escuela se forman políticamente.

Estas acciones, tantas  veces repetidas y otras más que si no las digo aquí, es porque ya lo dije  en otras oportunidades, son las que me permiten a mí y a  muchos más, calificar al gobierno de su familia, como feudo. Más allá de la máscara buenoide que le quiere imponer con sus muchos recursos oratorios  económicos. Este feudalismo tardío suyo, nos está matando la república con democracia. Los avances especialmente materiales innegables que sus gobiernos han logrado tienen un sustento de corrupción institucional, de daño republicano.

Este feudo familiar no surge de una concepción ideológica trascendente, respetuosa de la dignidad humana y de la vida democrática, independientemente de los recursos  usados por promocionarlo. Solo es un proyecto egoísta de poder autoritario, amigo de la acumulación de riqueza, en la que se afirma para sostenerse y crecer.
El feudo que Ud. y los suyos han construido destruye la república, corrompe generaciones.

El relato.

Para mantener este feudo Uds. necesitan también  inventar un relato que haga olvidar lo que han hecho, esconder la verdad, trastocarla. Confieso que les sale muy bien, se nota el efecto de poder llegar todos los días a todo el territorio provincial con la versión sesgada de la actualidad  través del diario familiar y la TV provincial de la que se adueñaron.

Por eso necesitan machaconamente insistir en sus versiones por todos los medios y ámbitos. Hasta con los recursos oficiales como cuando trajeron a  escolares de toda la provincia a la ciudad capital para que propusieran ideas para el plan electoral que luego fue el Plan Mil.

El relato se apoya en algunas verdades, para sumarle las mentiras que esconden otras verdades. Por eso le recuerdo lo de Perón: “Se pueden decir mil mentiras, pero con todas ellas no se puede construir una verdad.”

La puntanidad.

En ese acto  volvió Ud. a usar  el  sentimiento chauvinista  para atacar a quienes siendo originarios de otras provincias, no son de su palo.

¡Otra vez con eso! ¡Adolfo…., por favor, eso es propio de la inmadurez adolescente cuando nos chicaneábamos  los de una provincia o ciudad contra los de otra!

Ya está grandecito para volver a eso.  Además le cuento, eso es  discriminación. Es también  antojadizo porque ahora lo chicanean a Poggi como “cordobés”,  ¿pero cuando Uds. lo pusieron como  ministro, jefe de gabinete, diputado nacional, diputado provincial y  gobernador no era cordobés? ¿No vienen acaso de  otras provincias sus ex cuñadas Tona Salino y Graciela Mazzarino,  Fernando Salino, Luis Lusquiños y tantos otros funcionarios de antes y de ahora? ¿Cómo trata a su actual esposa, la chicanea de mendocina?

Durante muchos años ignoraban Uds. los calificativos de feudales, ahora parece que le molestan y buscan  responderlos. Lo que no sirve de mucho cuando hay memoria y vocación republicana.

Finalmente, tenga presente que tanto los feudos como los imperios  nacen, crecen… y caen.

SAN LUIS. Junio 15 de 2017

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