Un piloto sin manos ni pies que corre en el Dakar 2017

Philippe Croizon es un verdadero ejemplo de superación. Con 47 años y sin manos ni pies, el piloto francés correrá el Dakar 2017. No será la primera prueba extrema que realice el galo, ya que en 2010 cruzó a nado el Canal de la Mancha. En esta oportunidad, al mando de un buggy adaptado estaré en la línea de largada de la carrera que recorrerá caminos de Paraguay, Bolivia y Argentina.

Cuando tenía 26 años, Philippe sufrió una descarga eléctrica al manipular una antena de televisión, lo que obligó a los médicos a amputarle sus cuatro extremidades por culpa de las quemaduras. Diez años más tarde y tras superar varias operaciones y muchas horas de rehabilitación, decidió dar un cambio a su existencia y afrontar distintos retos de carácter deportivo.

Este francés de casi 50 años siempre ha sido seguidor del Dakar, pero recién en 2015 se decidió y puso como meta poder competir. Para ello, lo primero que hizo fue contactar a Yves Tartarin, un experto en rallies off-road con más de 15 ediciones del Dakar a sus espaldas. Tras desarrollar en conjunto un buggy especial y sumar al proyecto al copiloto Cédric Duplé y a varios patrocinadores, el equipo ha podido formalizar su inscripción con dos coches, uno para Philippe Croizon y otro para su hermano, que irá con Yves Tartarin con el objetivo de hacer de asistencia rápida.

A pesar de enorme coraje y las ganas de Philippe, el proyecto estuvo muy cerca de no poder ver la luz. El piloto francés disputó el Rally de Marruecos para ganar experiencia, pero arriesgando su inscripción al Dakar. Sin embargo, el episodio tuvo un final feliz. Antes del inicio de la carrera en África conoció a Nasser Al-Attiyah, quien se interesó por el proyecto y al enterarse de las dificultades económicas que estaba atravesando Croizon para hacer su sueño realidad, el príncipe catarí colaboró con una alta dinero para poder estar en Asunción para la largada.

Un buggy adaptado. El prototipo con el que Croizon correrá cuenta con un joystick que le permite acelerar y frenar, así como girar a la derecha y a la izquierda. El piloto francés reconoce que casi se trata de un comando de videojuego, aunque la carga física que implica su manejo le ha llevado a tener que desarrollar la musculatura de sus hombros. Con el muñón derecho maneja este joystick, mientras que con el izquierdo puede poner la marcha atrás, accionar la iluminación. El resto de funciones son activadas por el copiloto, mientras que el asiento de Croizon está diseñado con un arnés de apertura rápida por botón.

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